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Ante la pésima gestión de la fauna salvaje
en la CV, ADHIF se hace eco de esta noticia de Castellón, https://www.elmundo.es/comunidad-valenciana/castellon/2019/06/10/5cfe368dfdddff93208b459d.html por la que se
recomienda no cazar en batidas al jabalí. Recordemos las propuesta atractivas
que les prometieron en la anterior legislatura a la Federación de Caza y la
reforma de la Ley de Caza por la que se permite disparar a traición mientras
los animales comen o beben en cebaderos de todo tipo. Se matan inocentes animales
sin respetar los 50 m que antes de la reforma protegían a las especies cinegéticas en ese
momento clave que no se puede defender -Ver Preámbulo de nuestra Ley de Caza de
2004, al parecer no importa respetarlo.
Recordemos
también los millones de daños que según la prensa producen las especies de caza
mayor y que según la misma prensa se solucionan cazando.
Recordemos
también que en la provincia de Alicante se pretende exterminar el arruí a norte
de la AP7, Es decir, se vuelve a la Orden de 2014 por la que se pretendía
exterminar en zonas cuya presencia era anterior a la entrada en vigor de la Ley
42/2007.
Ante esto, ADHIF registro alegaciones al Borrador de Orden de vedas para defender el arruí en toda la provincia de Alicante, como se hizo en 2014. En aquella ocasión contamos con el apoyo de la Federación de Caza. Confiamos en que en esta ocasión también hayan defendido el arruí en toda la provincia, porque estaba presente en el año 2000 en las zonas donde se pretende eliminar, creando un agravio entre cotos privados de caza y sin respetar la Ley.
También queremos informar a la nueva responsable de la Conselleria que, desde ADHIF, llevamos años denunciando esta penosa gestión de los herbívoros salvajes. Animales que, bien gestionados, enriquecen nuestros montes, contribuyen a la mejora de la biodiversidad y son un recurso económico para frenar el abandono del mundo rural. Por eso esperamos mucho de esta nueva Consellera.
Debe conocer que la nueva Orden de Vedas, en
la que han realizado un copia y pega de la Orden de 2014; pero, por mucho que hemos buscado no dice nada
de los grandes vallados al norte de la A7, zona de exterminio, donde continuará el negocio con un animal exótico
invasor. Para nosotros desde luego no lo es; --porque no contamina no transmite
enfermedades, no se hibrida y no produce daños a las economías locales, al
contrario trae ingresos, por no citar
que está protegido por la UICN , especie vulnerable y pronto en peligro de
extinción. Añadiremos para los que no lo sepan, que cazar en un vallado supone un coste diez veces superior a cazar en cualquier coto de caza abierto. Algo que no está al alcance de todos.
La
pésima gestión a la que nos referimos queda reflejada en el acoso permanente y
sistemático que ejercen los cotos a las especies de caza mayor, gracias a todo tipo de permisos
para cazar durante todo el año y las 24 horas del día. Todo esto mientras
nuestras leyes solo permiten cazar de noche al jabalí, algo inédito y solo posible en la CV.
Estas
especies entre ellas el arruí, el ciervo, la cabra montés, el gamo, el corzo y el muflón, como consecuencia del sistemático acoso cinegético al que se les somete durante todo el año y desde todas las zonas de los cotos les obliga a un permanente movimiento errático por
todos los montes en busca de alimento,
pero sobre todo de zonas tranquilas. Este movimiento provocado por una gestión,
a nuestro juicio desastrosa, aumenta el tránsito
por todo el territorio, provocando el aumento de los accidentes de tráfico y los daños en
agricultura, dando la impresión de que hay muchos animales, cuando en realidad
son los mismos que se ven en montes distintos. La prueba es que en muchas
batidas se fracasa porque no hay animales.
Sin embargo se dice que hay muchos para obtener permisos y así sigue la
rueda del negocio año tras año. Luego no se hace caza selectiva, sobre todo en batidas, porque se mata todo y además conocemos que también se caza
furtivamente. Por otra parte se dan el triple de permisos para hembras y nos
encontramos que no hay machos y mucho menos trofeos. Esta situación conviene
que sea conocida por la nueva Consellera para que tome las medidas necesarias.
Como
bien se dice en el artículo, las batidas no son la solución
Exponemos
los motivos de lo que pasa
Se
incluyen sistemáticamente los rumiantes en todas las batidas de jabalí, esto
lleva a muchos cotos y cazadores a pensar en la rentabilidad económica de las
batidas a corto plazo. Esto consiste en elegir la fecha y zona apropiada para cazar herbívoros
y no omnívoros. Estos últimos al no tener los disparaderos limpios porque no hacen
mejoras ni limpiezas resulta difícil acertar disparando entre matorrales y
se salvan muchos. Algo que un ciervo o un
arruí.., por su comportamiento y tamaño no pueden evitar ser vistos y cazados sin compasión
de ningún tipo, desde septiembre a febrero, ya sean hembras seguidas de
crías, en sus dos primeras edades o machos
jóvenes aspirantes a buenos trofeos, o hembras a punto de parir. En las batidas se abate todo herbívoros
que se puede. Los tiroteos en ráfagas dejan heridos a muchos animales que
luego mueren. En las batidas de enero
y febrero se matan muchas hembras preñadas y cercanas al parto como es el caso
del muflón y el arruí. Como en las batidas no se puede hacer gestión ni cazar selectivos, el deterioro de las especies es muy preocupante.
El
corzo y arruí no debería cazarse nunca en batidas y el resto de rumiantes sólo en aquellos
casos de control de población y en los meses de otoño, en el resto solo al
rececho.
Luego
se continúa, con la falsedad en los
permisos por daños, cazando toda la primavera
y verano en esperas las 24 horas en todo
el coto, sin restringir los permisos, como se hacía en otros tiempos, cazando exclusivamente
a las parcelas de daños. Así llegamos de nuevo a la temporada de recechos esperas y batidas. El año completo cazando.
Nosotros no estamos en contra de la caza legal, responsable y sostenible, pero alertamos de nuevo, que esto no es cazar, los resultado lo demuestran y que todos tenemos derecho al uso y disfrute de la naturaleza.
Se
confirma, nuevamente, la pésima gestión cinegética para la nueva temporada. Solo queda esperar que se tomen medidas para que de una vez por todas se cumpla
la Ley de Caza y, tanto, cazadores como
defensores de los herbívoros salvajes
como son los socios y amigos de ADHIF, los aficionados a la fotografía... podamos
compartir el disfrute de la fauna que no solo es propiedad de los cotos ni de
la Conselleria. Nos referimos sobre todo a los espacios naturales protegidos y montes
públicos.
Cazadores furtivos y cotos que no cumplen con la normativa vigente, no deberían obtener permisos para cazar.
Esperamos
que las quejas en Conselleria y
denuncias en Fiscalía permitan el cumplimiento de la Ley en beneficio de todos.
El caso del arrui africano en España
El arrui (Ammotragus lervia) es un mamífero caprino de origen norteafricano introducido con fines cinegéticos en España en la pasada década de los 70. Se introdujo en primer lugar en la Sierra de Espuña, Murcia, y posteriormente en la Caldera de Taburiente (La Palma, Islas Canarias). Por aquel entonces, ni los fundamentos de la biología de la conservación, ni los conocimientos sobre los efectos que podían causar las especies exóticas estaban asentados y, de algún modo, no se pensó en los potenciales efectos dañinos que podía causar el arrui. En cualquier caso, el trabajo resalta que las circunstancias de ambas sierras son bien distintas.
Arrui (Ammotragus lervia), originario del norte de África. Foto: EEZA-CSIC.
EFECTOS DEL ARRUI SOBRE LA VEGETACION.
Como sucede con otros pastadores, el efecto del arruí sobre la vegetación herbácea es, en general, favorable: el pastoreo permite conservar los pastos herbáceos evitando o retrasando su invasión por la vegetación leñosa, mejora la cobertura de la hierba e incrementa tanto su producción como su calidad. De hecho, un alto porcentaje de las especies características de esas comunidades no sólo toleran el pastoreo sino que lo necesitan: dependen de él. Sólo en el caso de las hierbas de mayor talla y renuevos situados a cierta distancia sobre el suelo (caméfitos) el efecto puede llegar a ser negativo si el pastoreo es muy intenso. En concreto, se puede afirmar que el pastoreo es imprescindible para la conservación de al menos tres de las comunidades herbáceas incluidas en la Directiva 92/43/EEC “Habitats” y presentes en el Parque: los majadales de Poetalia bulbo
sae (Figura 8.1), los pastos crioturbados de Festuco-Poetalia ligulatae (Figura 8.2) los cerverales de Brachypodium retusum (Figura 8.3). En ese sentido, habida cuenta de la ausencia de ganado doméstico en el Parque Regional, el arruí constituye, en la actualidad, la principal “herramienta” de conservación de tales comunidades.
A pesar de lo afirmado anteriormente, creemos que merecen mención especial al menos tres casos: los herbazales de la microrreserva de los Pozos de la nieve, algunas especies rupícolas de las zonas de cumbre, como Erodium saxatile (Figura 8.4) y los cultivos herbáceos de propiedad particular. En el primer caso, aunque las principales especies que han motivado el establecimiento de la protección, Achillea millefolium o Phalaris coerulescens, están muy bien adaptadas al pastoreo, y muy probablemente lo necesiten para persistir, sería conveniente realizar un seguimiento que permita garantizar que su situación actual de protección es verdaderamente eficaz, y no contraproducente.
Es sabido que las especies exóticas suelen ser mucho más dañinas en las islas, y el caso del arrui en La Palma no es una excepción. La presencia de herbívoros exóticos en ecosistemas como éste, donde la flora de origen macaronésico no está preparada ni adaptada a su presencia, puede dar lugar a la extinción de algunas especies de plantas autóctonas. No obstante, en La Palma el arrui no está solo, sino que le acompaña el conejo y otras especies introducidas que pueden estar causando daños, incluso mayores. Sin embargo, ningún estudio ha llegado aún a cuantificar de manera desagregada los efectos directos causados por cada una de estas especies.
En el sureste español, el arrui se adaptó desde su introducción al nuevo medio con facilidad, pues éste se asemeja a las áreas montañosas de su África natal, aunque con una mayor oferta alimenticia. La especie mostró una tasa reproductiva muy elevada, así como una gran capacidad expansiva o colonizadora, llegándose a contabilizar más de 2.000 ejemplares en varias sierras del sureste peninsular 20 años después de su introducción. Sin embargo, según este estudio, su incidencia sobre fauna y flora autóctonas no está aún clara, y los indicios de los estudios realizados hasta la fecha indicarían una preferencia por la alimentación de plantas herbáceas que lo diferenciaría substancialmente de la cabra montés, su pariente ibérico más cercano. Por lo tanto, se podría pensar que no existe competencia por el alimento con este caprino autóctono, como indicaría el hecho de que en la actualidad la cabra montés ha recolonizado todas las áreas montañosas de la Región de Murcia, después de más de un siglo de ausencia, conviviendo con el arrui e incluso desplazándolo de algunos lugares. Finalmente, estudios recientes muestran que la incidencia del arrui en especies de plantas leñosas del sureste es similar a la de cabras monteses y ciervos comunes. Consecuentemente, y según el estudio de Cassinello, la hipótesis más plausible en la actualidad sería que el arrui ejerce una incidencia sobre la vegetación compatible, en principio, con los ungulados silvestres autóctonos, ocupando probablemente el nicho vacío que dejaron los mamíferos pastadores del estrato herbáceo del pasado (uros y tarpanes).
https://ecomandanga.org/2018/10/30/especies-invasoras-o-especies-daninas-el-paradigmatico-caso-del-arrui-en-espana/?fbclid=IwAR30ous4An7CrlyPYYQ5nd2e4n
https://youtu.be/XinVTJE8pOk