viernes, 10 de abril de 2020





Estimados amigos de  la  FUNDACIÓN ARTEMISAN. El artículo que nos ocupa da de lleno en la diana.


Nosotros, como asociación defensora de herbívoros contra incendios forestales  (ADHIF) a nivel de la CV, al no tener parques nacionales, no tenemos ese problema. Aquí se  permite cazar en todo el territorio y todo el año.   Pero la despoblación es igual y no la han frenado los continuos permisos que se conceden, a pesar de no tener  limitaciones de ningún tipo. Ya se caza los 365 días y noches del año, se puede disparar en cebaderos a todo lo que entre, sea hembra macho, joven o viejo, hembras preñadas recién paridas…
Conocemos que para mantener el mundo rural y fijar población, se necesita mantener las actividades agropecuarias. También la caza es una actividad que bien gestionada ayuda a los pocos  vecinos que van quedando en los pueblos. No es nuestro caso. Aquí se caza indiscriminadamente durante todo el año y sin hacer gestión. Esto nos lleva a que no se hacen trofeos de caza mayor  y el valor cinegético de los cotos es mínimo y no permite fijar poblaciones en los pequeños pueblos. Se podría mejorar esto con la colaboración de todos los implicados, pero es complicado. Los montes están cerrados y es difícil abatir jabalíes entre la espesura de los puestos de caza. La carne de caza, al no  existir cadena alimentaria que la procese  legalmente y  la ponga en el mercado no se aprovecha. Trofeos no hay porque se matan antes de que puedan hacerse viejos los machos de ciervo, cabra montés, muflón, arruí o corzo. Por otra parte, buenos cazadores van quedando menos.


Pero el problema de la despoblación es común en toda España y no es nuevo. Este viene desde hace décadas y por ahora no tienen solución. Los parques nacionales representan solo 0.7 % del territorio nacional y las despoblación  afecta a miles de pequeños municipios repartidos por todas las CC.AA. Si se solucionara dejando cazar en los PP.NN estaríamos todos de acuerdo, pero no es así. Si por ley no se puede cazar, lo normal es respetarlo, queda el 99.3  % del territorio nacional para cazar.

Luego se cace o no en los Parques Nacionales no es la solución al enorme problema medioambiental que tenemos, causado por permitir que miles de pequeños agricultores y ganaderos hayan dejado el tractor y el zurrón para engrosar las listas del paro en la Gran Urbe. Nadie abandona sus raíces si no es porque se ve obligado a ello.  Los ministerios controlan las estadísticas y no se dieron cuenta que se daban de baja miles de ellos porque sus ingresos no eran suficientes. Tampoco se han dado cuenta que el engorroso papeleo solo lo puede hacer bien el que tienen un asesor y no le pequeños agricultor. Ni tampoco se han dado cuenta que a los pequeños ya ni les tramitan las solicitudes porque hay unos mínimos y muchos  han quedado excluidos. Otros van sumando las propiedades de media familia  para llegar al mínimo, pero todo eso tiene los días contados. Por no decir que otros muchos desde la ciudad reciben el pago único por no hacer nada en sus fincas. Y claro, ante cosechar y  tener pérdidas y recibir el pago único que nadie controla por no hacer nada, la elección está clara. Esto no tienen solución con el actual sistema, si ha sido la causa, no puede ser la solución.
Los parques se crearon para conservar su flora y fauna. El uso y disfrute deber ser para todos. El debate es interesante. Pero el 1% de los 6475 millones y de los 189.000 puestos de trabajo, tampoco nos da una cifra significativa como para que se recuperen las escuelas cerradas en los pequeños pueblos. Para eso hace falta que una familia tenga ingresos suficientes y se anime a tener hijos. Esa cadena se ha cortado, hemos perdido una parte importante de los usos y costumbre de cada lugar. Lo que conocía el abuelo, lo desconoce totalmente el nieto y ahora no se puede recuperar con las recetas que nos ofrecen desde los despachos alejados de la realidad.
Aprovechamos para indicar que si se quiere fijar población en los pequeños pueblos y recuperar el mundo rural, hay que hacer justo lo contrario de lo que se lleva haciendo en los últimos 50 años. El precio de lo que se produce tiene que ser  el justo, es decir por encima del coste de producción y  las ayudas inversamente proporcionales a la unidad subvencionada.
Lo explicamos: Si queremos recuperar el mundo rural, la biodiversidad, las tradiciones …. Lo que se produce en el campo, sea miel, corderos, ciervos, madera o almendras tiene que tener un valor añadido porque son productos naturales, de excelente calidad y producidos por trabajadores alejados de las grandes ciudades, de las buenas comunicaciones, expuestos a las inclemencias meteorológicas  y otros inconvenientes como ahora son los robos, ausencia de médico, banco escuela, librerías, farmacia etc   !!!! Han pensado que solo con internet era suficiente!!!
Y las ayudas públicas, ya sean de PAC o con otro nombre, han concederse de otra manera. ¿Nos parecería justo que el IRPF que todos pagamos, fuera para todo el mismo porcentaje.  De hecho no lo es, unos pagan poco o nada y otros hasta el 50%. Lo mismo pero inversamente proporcional se tiene que aplicar en las ayudas al campo. Para 100 almendros, 100 oveja o 500 kg de aceitunas más cantidad por unidad subvencionable que para 200 almendros 200 ovejas o 1000 kg de aceitunas. Es decir el mismo dinero público pero repartido de otra manera, más ayuda por unidad a menor cantidad.
Lo que está pasando desde hace años es que se reparte más dinero público pero entre menos explotaciones. Al final solo quedarán las grandes empresas que recibirán el 100 % de las ayudas y todo el minifundio habrá desaparecido, Bueno ya casi no queda nada. Las grandes macro-empresas agropecuarias no deberían recibir nada. Ya tienen millones de kg de producción, marcan los precios y encima las premiamos con miles y miles de millones de €. Mientras cierran y cierran pequeñas explotaciones en pequeños pueblos. Y luego nos lamentamos de la España vaciada o la Laponia española. Seamos serios, esto está orquestado desde la UE y nadie hizo nada por evitarlo.
En cuanto a que la superpoblación de algunas especies y los posibles casos de enfermedades, los propios parques cuentan con personal que puede hacer la gestión que corresponda en su caso y sin necesidad de cazar. Pero si tenemos los montes limpios a diente, en caso de incendio estos no se queman.


  --Y la preocupación por la flora, ¿como se explica que las especies hoy en peligro de extinción por falta de luz, sobrevivieran en otras épocas a la presión de millones de ovejas y cabras en extensivo? Este debate es complejo, porque depende del tipo de plantas, por ejemplo las de luz están desapareciendo por la espesura de los montes y por los incendios forestales, no por la presión de cabras monteses o ciervos o conejos. Todas estas especies de flora y fauna están  aquí desde hace muchos años.
#####No nos necesitan a nosotros para seguir existiendo####.


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